Casi 3 años han pasado desde que el padre de mi hija se fue de mi casa. Y antes de eso, otros 2 años o quizá 8, que no estuvimos bien, pero la costumbre, estar en la zona de confort, la esperanza de que mejorase la relación, el deseo de formar algo… hicieron que esa relación llegase hasta donde llegó.
Ahora, casi 3 años después, siento el deseo de abrazar, de amar, de ser amada, deseada, desear, de compartir, de entregar … bueno, no es de ahora, es de hace unos meses, pero es ahora cuando siento, además de todo eso, la necesidad de escribir sobre ello, de ordenar mis ideas, mi cabeza loca…
En este tiempo, redescubrí mi cuerpo, mi sexualidad, mi deseo. Me avergonzó y gustó sentirme deseada. Tantos años de sentirme chiquitita, que no valía, que esos kilos de más siempre estaban ahí, que no era perfecta… cambiaron al ver el deseo en ojos ajenos… al escuchar a ese hombre diciéndome que estoy muy buena y comiéndome con la mirada para después comerme con todo su cuerpo.
Y ahora, quiero más… no solo ese deseo físico, quiero compartir, necesito entregarme , quiero complicidad, compartir silencios y risas… creo que estoy abierta a algo nuevo.. ¿otra relación?
Tengo 42 años… atrás quedaron los post de cumpleaños, creo que el último fue el de los 30. ¡¡Cuanto tiempo!!
Tengo una hija de 5 años. Tengo una mochila, una hipoteca, un negocio, responsabilidades …. ya no soy una joven que buscaba pareja para formar familia, no busco más hijos… ojalá… pero creo que ya es tarde para más…
Ahora, los hombres que pasan por mi vida, en los que me fijo, tienen también sus mochilas, sus hijos y el tipo de relación, es distinta. Más tranquila… sin muchos planes de futuro, sin las ansias por ese futuro, por ese arroz que se pasa. Viviendo el día a día.
Y a día de hoy… hay alguien… que me gusta, con quien estoy cómoda,… pero… tiene un pero… no lo quiero decir en voz alta, porque sigo aferrada a algo, a esa idea de volver a compartir experiencias, momentos, risas y silencios.
Compartir un vermut al atardecer de Tarifa
Pero… no sé ni como explicar el pero… pero hay un pero. ¿Me conformo? ¿Puede esta relación dar más de si? ¿Es el estrés de su mochila? ¿Soy yo? ¿Es él?…. ¿o está todo en mi cabeza y en mis paranoias?….
No sé…. tengo una sensación rara… no me gusta porque quiero sentir un abrazo, un beso, una mirada…. pero … hay un pero, y no se si es pasajero o es real.
Escribirlo en este blog… le da peso, lo hace real, o al menos tangible. Este mes de agosto será raro porque intentar coincidir con alguien compaginando las custodias compartidas… es complicado, pero bueno… no sé que pasara… ni hoy, ni mañana…
La semana que viene, si el virus lo permite, sin no cambian las cosas… volveré a perderme en Caños de Meca, de camping, con Juli… mi amiga de siempre. Nuestros hijos, su marido y mi pequeña Sira. Anhelo tanto esa libertad, esa desconexión de mi vida para conectar con el mar, la arena, el sol, el viento…
Volveré… no sé cuando :-P