Esta etapa está marcada por el asfalto de la antigua nacional. 23’3 Km. de asfalto. Aquí me salieron las primeras ampollas en los talones. En Soto de Luiña, un camarero nos dijo que en esta etapa, los tramos por el bosque estaban muy mal y no los habían limpiado en 4 años, así que era mejor seguir por la carretera. Aunq los bosques son muy bonitos, y pasaba un coche cada 15 o 20 min, no deja de ser asfalto. Lo bueno, es que salió un poco el sol, y la carretera está cubierta de árboles, por lo que no nos molestaba. Como meta, Cadavedo, con playa (a más de 1km) y servicios de todo tipo. Aunq estaba nublado, y estábamos cansados, bajamos a la playa y nos dimos un baño. Es lo bueno del camino de la costa y el mar relaja mucho los músculos.
El albergue no tiene cocina. Solo fregadero y una cocina de leña (creo). Así que mejor no contar con cocinar algo allí. Si mal no recuerdo, comimos en el bar el Casino, está en mitad del pueblo antes de llegar al albergue. Tienen menú por 7€ y hacen una fabada riquísima, la mejor que he comido en el camino.